Las inversiones que realiza la Administración Central en nuestra comunidad se enmarcan básicamente dentro del Protocolo Viaria 2001-2010, para la construcción de vías de gran capacidad y líneas ferroviarias de alta velocidad. La Junta de Castilla y León desarrolla su estrategia de inversión en el sector de la construcción en dos direcciones. Por un lado, las propuestas del Plan Director de Infraestructuras del Transporte a Viaria, junto con el Plan Regional de Carreteras que pretende disminuir los desequilibrios territoriales. Por otro lado, el desarrollo del Plan Director de Vivienda y Suelo 2002-2009 y el Pacto de Suelo con los principales ayuntamientos de la región, con el fin de promover la construcción de viviendas de protección oficial, con gestión de promotores privados, de los ayuntamientos y de la propia Administración regional. Por su parte, los ayuntamientos tratan de encontrar otras fórmulas para detener la especulación en el precio de las viviendas y ejecutar los planes generales de ordenación urbana de su municipio cumpliendo con las normas del recién aprobado Reglamento de Urbanismo de Castilla y León.
Junto a estas actuaciones, destacan, por parte de todos, los esfuerzos constructivos en dotaciones culturales como museos, auditorios y otros, como demostración de lo que se puede llegar a hacer con los ladrillos en momentos de euforia en el sector en una sociedad de bienestar.
Pero la idea de sociedad de bienestar descansa sobre los pilares de una vivienda y un puesto de trabajo dignos. Son evidentes los esfuerzos de la Administración regional en materia de vivienda y calidad con el nuevo marco normativo. Sin embargo, las bases de la situación de euforia en el sector de la construcción y en nuestra Comunidad, se fundamenta en planes citados de grandes inversiones para un plazo de 5 ó 6 años, y en una generación de puestos de trabajo temporales, con sus problemas implícitos de baja formación del personal y alto grado de siniestralidad.
En primer lugar, la falta de mano de obra cualificada se debe en parte a la nula predisposición de los jóvenes castellanos y leoneses para este tipo de trabajos. Esto ha abierto la puerta para los trabajadores extranjeros que, cuando baje el boom en el sector al terminarse la mayoría de las grandes obras proyectadas para estos años, seguramente se irán a buscar trabajo a otra parte. En segundo lugar, el atractivo de inversión en el sector y la nula regulación del ejercicio de la profesión de constructor, ha permitido la entrada de numerosos empresarios, en algunos casos, también con escasa preparación.
Es una realidad que faltan trabajadores con una formación adecuada en el sector de la construcción, y también es una realidad que en nuestras universidades todos los años se incorporan al mercado de trabajo nuevos licenciados con títulos que no se adecuan a las necesidades laborales actuales y emigran a otras ciudades.
Hay que preguntarse si es posible hacer más dinámica la oferta educativa, adaptándola a la realidad económica y empresarial que vivimos. Por otro lado, sería conveniente que nuestras instituciones destinaran una parte más importante de sus inversiones en construcción en formación y fomento de profesiones y empresas, que ligadas al sector de la construcción, requieran de la mano de obra cualificada existente en nuestra región. La promoción de viveros de empresas en los nuevos parques tecnológicos, son fórmulas que están empezando a ponerse en marcha. Otra iniciativa muy importante es la participación temporal en el capital de nuevas empresas por parte de universidades y resto de instituciones, para desarrollar proyectos relacionados con la construcción, como son la investigación en energías renovables, prevención de riesgos, control de calidad de materiales, medio ambiente, dirección y coordinación de obras, telecomunicaciones, etcétera. Todo este tipo de empresas requieren de profesionales con preparaciones que actualmente se imparten en Castilla y León y están directamente relacionadas con el sector de la construcción.
Por lo tanto, es necesario poner pronto unos buenos cimientos en formación de los agentes actuales y en promoción de los nuevos profesionales, si no queremos que por nuestras nuevas autovías circulen solo los turistas que vienen de visita a ver los museos que con tanto empeño se están construyendo, mientras que los castellanos y leoneses tienen que buscar su porvenir en otra parte.
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